LA RUTA DEL CAFÉ EN COLOMBIA

eje cafetero colombia

Una de las primeras cosas que se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en Colombia, es el café. Porque Colombia es sinónimo de aroma, de ese olor tan característico de primera hora de la mañana, de las plantaciones cafeteras, de esos campos tan distintos.

Por este motivo, hoy te proponemos algo diferente si estás planeando un viaje a Colombia. Nuestra propuesta es que hagas una ruta del café, recorriendo las plantaciones más famosas y simbólicas de todo el país. ¿Quieres saber más? ¿Te pica la curiosidad? Entonces sigue leyendo este artículo, porque si te consideras un adicto al café, te gustará.

¿Por qué uno viaja a Colombia? Principalmente porque nos atrae esta cultura, y queremos disfrutar de algo distinto. Conocer nuevas costumbres, leyendas, probar nuevos sabores, nuevos olores, recorrer paisajes naturales, caminar por las calles de ciudades que son tan diferentes a las nuestras, que hará que nos sintamos como si estuviéramos en otro mundo, un mundo al que no pertenecemos. Pero ese misterio, esa diversidad es la que precisamente nos atrae. Así que, ¿por qué no conocerla? Aún estamos a tiempo, así que, compra los billetes y prepara las maletas. Colombia está todavía esperándote.

Excursiones llenas de aromas y de esplendor natural

En primer lugar, tenemos que decir que no existen rutas del café ya preestablecidas, sino que son un conglomerado de caminos que conforman lo que llaman el Triángulo del Café, un camino que podemos empezar por donde nos venga bien. Por supuesto, esto tiene sus pros y sus contras. La ventaja es que al menos tienes una base sobre la que viajar, tomando como punto principal la temática del café. La desventaja es que está algo desorganizado, así que lo tendrás que compensar tú con alguna que otra dosis de organización propia.

Las tres regiones que forman el Triángulo del Café son Caldas, Quindío y Risaralda. Lo cierto es que estas tres zonas están muy bien conectadas entre sí, por lo que lo mejor es que tengas un coche en alquiler, o algún otro transporte organizado, para ir de un sitio a otro, pues tenemos la suerte de que las carreteras que unen los tres departamentos están en un estado casi óptimo, comparadas con otras carreteras principales.

Hay varias maneras de hacer esta ruta del café. Una forma es simplemente ir admirando el paisaje. Aunque parezca mentira, es una forma tan válida como cualquier otra. Bien es cierto que es algo superficial, puesto que no profundizas en lo que es verdaderamente importante, la esencia del café. Pero para gustos, los colores. Cada uno tendrá sus motivos: tal vez no dispongamos del tiempo suficiente, pero no queríamos irnos del país sin ver algún paisaje relacionado con los cafetales.

Por eso, lo mejor es planificarlo desde el principio, para tener tiempo para todo tipo de turismo. De esta forma, no te estamos instando a que pares en cada pequeña plantación, pero sí que es recomendable que elijas algunos puntos para tomarte un respiro. Muchas paradas, como la de Armenia, tienen algunos puntos de interés, algunos museos y locales donde puedes probar el café de la zona, en este caso el famoso tinto, que es el café negro.

Según te vayas moviendo por la zona, verás que van variando los distintos métodos de hacer café. Mientras unos van utilizando maquinaria de lo más actual, ciertos productores prefieren quedarse en lo que funciona al cien por cien, un café elaborado a mano casi por completo, totalmente artesanal, y por el que por supuesto, se paga mucho más. ¿Se nota la diferencia? Eso tendrás que valorarlo tú mismo. Pero la experiencia es lo que cuenta, así que prepara tu paladar para un viaje inolvidable.

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